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La fallida calculadora de EFITEATRO


Por Bárbara Colio

Digamos que, el 80% de los estrenos de mis obras desde 1997, de distinta forma, los he procurado yo misma. Si hacen un recuento de los dramaturgos y dramaturgas mexicanas que constantemente estamos en cartelera, pueden deducir que, nosotros mismos hacemos que suceda, no es Santa Clós. La cartelera de teatro de semilla mexicana que resuena tanto aquí como en el extranjero, crece porque los propios autores la hacemos crecer.


Pero ¿cómo han mutado los caminos de la producción con los que nos hemos tenido que enfrentar para que eso suceda? Hablemos de EFITEATRO, hablemos de tod@s l@s autor@s, diector@s, actores y actrices que hoy por hoy, nos tenemos que convertir, además, en feroces productores independientes sin más oficina que nuestro teléfono. Crear ya no basta, se tiene que mercar, es lo que hay. Para fines prácticos, nombremos de aquí en adelante, a todos esos obreros y obreras que somos quienes creamos el teatro mexicano actual: Generadores. Generadores de material teatral que a la vez produce empleos para el gremio teatral.


Los Generadores hemos aprendido entonces, a armar proyectos posibles y sustanciales, a convocar, gestionar y negociar, pero nos hemos topado con algo que, a la mayoría, nos es ajeno: los contactos empresariales, imprescindibles para el esquema EFITEATRO. Es entonces que se suma en el proceso la figura del bróker, el gestor financiero que contacta con las empresas para ligar el recurso económico a tu proyecto, y que se convirtió instantáneamente en la figura más importante y mejor pagada de todo el proceso de producción teatral.


El Estado y sus consejos artísticos dejaron de producir hace tiempo, hoy, todo tipo de teatro, comercial y no, nos jugamos la vida en la misma canasta. El dinero sale del pago de impuestos de las empresas. El bróker es el eslabón perdido entre los que generamos el mundo teatral y las empresas que mueven el mundo económico. EFITEATRO, pertinentemente, incluyó a este eslabón en el proceso, el error trágico fue que EFITEATRO no supo usar la calculadora. Al inicio, cotizó su nómina en un 5% del valor total del proyecto. 5% suena poco, pero no lo es. Pongamos por caso un proyecto alrededor de $2,000,000.00 que es el margen al que se acerca la gran mayoría de proyectos aprobados, el 5% equivale a $100,000.00, la cual es una cantidad mayor que lo que permiten para el pago al director (si tienes menos de 30 años de trayectoria), al autor, o a cualquier creativo según los tabuladores normativos del INBA que no han actualizado en más de 15 años. Esto provocó un reparto de nómina no equitativo. No demerito el trabajo del bróker, vieron la oportunidad y la tomaron, pero EFITEATRO ¿Cómo fue que valuó a una mucho mayor taza el valor de una gestión financiera versus meses cualitativos de trabajo de diseño, planeación, organización, realizados por creativos activos con 25 años de trayectoria? La única respuesta lógica que encuentro, es que en la junta en que eso se definió, nadie supo usar la calculadora.


Puesto en números, la disparidad era evidente, pero bueno, el pago se podía incluir en el presupuesto aprobado. Años después, EFITEATRO se dio cuenta de su mal cálculo y dijo: ¡Ah! ¡Felonía! ¡Brókers abusadores! creó al monstruo y luego lo desconoció, peor aun, se lo aventó como papa caliente a los Generadores quitando la posibilidad de incluirlos en el presupuesto. -Háganse cargo de pagarles, la idea es que ustedes mismos vayan aprendiendo a obtener el recurso- me dijo entonces un funcionario desde su escritorio con sueldo fijo. Una utopía que aun no se hace realidad.


Lo que realmente provocaron fue un bestial asalto en despoblado. Los brókers profesionales se ciñeron a seguir cobrando solo el 5%, pero bien es sabido que el campo se llenó de cuatreros que cobran el 10% o más, añadiendo un porcentaje de taquilla por una gestión que tienen ya, muy acaparada y que incluso pueden solucionar por teléfono. Las empresas están centradas en lo suyo y no tienen el tiempo ni el personal para atender a decenas de Generadores, prefieren solo tratar con un intermediario conocido, el bróker, que en una emisión puede lograr varios, varios convenios. Usen la calculadora. Esta no es una cuestión que se deba “aprender” es una cuestión de ejercicio de contactos empresariales.


Ahora, muchos son proyectos de teatro que por su naturaleza y objetivos artísticos se hospedan en teatros públicos del INBA, donde el costo promedio de boleto con múltiples descuentos es de 75 a 100 pesos, en temporadas limitadas alrededor de 24 funciones, afore pandémico reducido, con una afluencia óptima del 70%, pagando de taquilla gastos necesarios -como bodega- que no cubre EFITEATRO; saquen la calculadora: ¿alcanza para sacar el pago del 5% o 10% de la inversión? Y si así fuera, ¿es cabal que el gestor financiero se quede con la ganancia total de la taquilla?


A lo mejor alguien me dice que sí, que es mucho más valioso el contacto con las fuentes financieras que el trabajo por meses de productores, actores, directores. Es que a lo mejor sí es así y yo solo estoy aquí de necia. ¿En otros países será así? ¿hacemos con nuestras riquezas teatrales lo que otras culturas hacen con las propias?


La reciente (y muy tardía) voltereta que ha dado el procedimiento de EFITEATRO, de “Te pongo el sello de calidad antes y luego ve a conseguir el dinero” Sí, bien, al menos ahora muchos pudimos entrar a la pugna y no solo aquellos que ya tenían su bróker o productor de oficina con el dinero conseguido; por muchos años, al igual que varios colegas, ni siquiera pudimos aplicar porque no conocíamos a ningún bróker. Bien por esa voltereta EFITEATRO, pero el monstruo ha crecido demasiado, ahora somos más en el umbral de la frustración, los porcentajes de cobro inmediato se mantienen sin piedad, y los Generadores tienen que seguir contratando brókers y pagándolos de su bolsillo.


En este momento, estoy junto al 85% de los proyectos avalados por EFITEATRO que no tenemos Contribuyente Aportante firmado aun, quise probar si esta vez, la utopía funcionaba. Una súper productora me dijo ayer por teléfono: pues le vas a tener que pagar a un bróker, ya sé que es más de lo que cualquiera gana, o más que la taquilla que puedas lograr en El Granero, pero es eso o nada. Esa es la realidad.


Yo trabajé por 7 años en 2 importantes empresas transnacionales, conocidas por ustedes, como maquiladoras. Ahí, cada jueves, a las 7:30 de la mañana (entrábamos a las 7 am) teníamos una junta de producción, llegaba un ingeniero experto de cada departamento y un obrero de la línea de producción que era el que sabía, desde dentro, cada movimiento de la operación; entre todos analizábamos y discutíamos la factibilidad y operatividad de cada decisión en pro del objetivo del proyecto; estaba en juego el prestigio de la empresa, cientos de miles de dólares, y claro, nuestro empleo. Por supuesto, usábamos muy bien la calculadora. Cada vez que se toman medidas reguladoras que joden, más que fortalecer la generación del arte teatral mexicano, me pregunto ¿quien estuvo en esa junta de producción? ¿estuvieron ahí también los obreros reales que son los que generan la producción? ¿Ha perdido el empleo quien no ha logrado la suficiente firmeza para defender el proyecto teatral de este país ante Hacienda? ¿Cuál es realmente el objetivo de EFITEATRO?


Veo a mi equipo de colaboradoras, diseñadores, actrices que durante esta pandemia se han mantenido trabajando y que sé muy bien que así nos invadan los ovnis o nos caigan las 7 plagas, van a seguir al pie del cañón, estando, respondiendo. Pienso, ¿neta? ¿tenemos que pagar para ganarnos nuestro empleo, un empleo que nosotros mismos generamos? ¿el perfil del teatro mexicano será aquel que pague por estar?


Es eso o nada, me dijo la súper productora.


Si en el inicio, tan solo alguien hubiera sabido usar la calculadora...




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